domingo, 21 de septiembre de 2008

De lobos y corderos

Detrás del parón de la construcción. Y antes de que el mito de la solidez del sistema bancario español caiga, existe otro síntoma que se esta extendiendo y es la voracidad recaudatoria del Estado, (Empezando por las autonomías y los ayuntamientos, sin olvidar diputaciones y todo tipo de órganos locales menores).
Del superavit y la champión, pasamos a la búsqueda de maneras de esquilmar a la clase media, (Un trabajador es clase media baja mientras le dure su empleo, un contribuyente, una fuente de recursos para la clase parasitaria).
El peligro para el obrero, para el currante, le viene por dos sitios. Uno por arriba, que se convierta en el sostenedor del sistema público, tanto por nivel de renta (Pérdida de la progresividad impositiva), es decir que si una tasa, multa, o pago es lo mismo para el obrero como para alguien de renta superior. 45 Euros no es lo mismo para alguien que gana 1200, como para el que gana 2500.
El segundo flanco débil del obrero es la Sociedad de los Pobrecitos. (bien por el modelo ( no cabreemos a los pobres que nos queman coches o cometerán delitos, o por el modelo socialista-giliprogre de ayudar a los pobrecitos mientras ellos viven a costa de todos en su torres residenciales y por mucho que derrochemos en ellos, nunca serán competidores ni con nosotros, ni con nuestros hijos, serán la clase bienpensante y con derecho a todo. Una casta). 
No pases la ITV que te clavan 150 euros, pero si conduces sin carnet, borracho y contradirección, a los dos días estás en un coche otra vez. La diferencia entre un castigo y otro es la voracidad recaudatoria y su facilidad.  
Una sociedad donde los valores son la gilipollez progresista hace que las pobrecitas acaben cobrando un sueldecito de un ayuntamiento, y los que ganan el pan con el sudor de la frente pagan más para sustentar a la sociedad bienpensante y biendormida.
Si el tren se retrasa más de dos horas, antes, con Aznar (Sí con Aznar, que pasa). Te devolvían el dinero, lo importante es que los trenes fuesen de calidad y la puntualidad. Ahora se excusan en causas meteorológicas, (sin que existan inundaciones o terremotos) para no devolverte tú dinero.
La puntualidad es más transformadora de la sociedad y de los servicios públicos que cualquier partido político, y pocos la llevan en su programa.
Caminar hacia una sociedad con una elite ungida con el derecho a gobernar, si lo hacen otros, ya tienen sus medios de comunicación para hacer gracias o sus sindicatos para salir a la calle. Y por otro lado a los pobres subvencionando servicios que se degradan paulativamente, es un peligro para la clase media más débil (La clase obrera, mientras le dure la faena). 
Habrá que dejar la pasividad y pasar a la autodefensa digo yo.  Por lo menos que a los lobos con piel de cordero les cueste diferenciar un borrego con los dientes afilados y con las pezuñas dispuestas de otro pasivo.

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