jueves, 5 de marzo de 2009

La normalidad asalta Calafell

Esta entrada,  la de hoy, trataba sobre las fuerzas de seguridad de los miniestados en que se han convertido los ayuntamientos (Os acordaís de aquellos tiempos en los que un ayuntamiento cabía en un edificio, y ahora tienen oficinas a mogollón con cantidad de delegaciones y personal. Eran los mismos tiempos que el turismo entraba en los restaurantes y no se quedaba en el patio con la barbacoa a perfumar Calafell y ahumar a sus habitantes). Pues eso, los cuerpos locales de seguridad han quedado para protocolo y protección de los altos cargos de los miniestados municipales.Pero de eso hablaré otro día. Hoy quiero contaros lo bonita que es la vida en Calafell, cuando haces exáctamente lo mismo que en otros lugares civilizados. ¿Ir a una farmacia de guardia, os preguntaréis? Pues si te tocan las de la Platja vas dado campeón. No, os comento el que se te parta algo del ordenador, y andando entres en un comercio local del ramo, compres algo a buen precio y justo lo que necesitas, vuelvas a casa y las cosas funcionen. Sin tren a ronda Sant Antoni, ni Tarragona, ni nada, andandito lo tienes a mano. Bravo.
¿Qué te puede joder el plan?, que a ese comercio lo frían a impuestos y altos alquileres como si el negocio estuviera en Nova York. Cuando el juego es entre oferta y demanda, es un ejercicio de lo más recomendable.
Claro, que ningún comerciante puede perder, por ejemplo cuando tienes que competir con mil y un permiso de todo tipo, contra por ejemplo el desagradable barbacoero  que planta una instalación donde le sale de las narices y nadie (Técnicos municipales, Policia Local, Regidores que tienen que hacer ordenanzas, Conserjerías de Sanidad, Nadie en absoluto, ni pide ni exige nada) NO hay competencia. ¡¡¡A las barbacoas!!! gritan los piratas del bienestar. 
Me ha gustado que Calafell me ofrezca normalidad, eso sí lo pago a precio de  Tokio en cuestión de nivel de vida e impuestos, pero bueno poquito a poco. Un sitio normal , para gente normal.
No una ciudad de vacaciones para lo más cutre de Catalunya y España.

1 comentario:

Irene Adler dijo...

puafffff vaya tela. Aunque en Barcelona tampoco estamos mejor...
Saludos